Sumiso con correa esperando pacientemente a su ama

Soy una señora joven, y Todavía quiero disfrutar plenamente de mi vida. Quiero salir por la noche, para experimentar otras miles de cosas. Además, quiero conocer gente nueva sin preocuparme demasiado por nada.

Toda Ama joven tiene mucho que aprender. O mejor dicho, toda Ama siempre tiene que aprender. Con esto me refiero no sólo a estudiar, sino también a explorarse a sí misma, a entender sus necesidades, a descifrar sus emociones.
Sabemos que cuando está en casa, tiene un control total sobre su sumiso. Sobre lo que hace, cómo lo hace, a dónde va y mucho más.

Pero si no estás en casa, ¿cuál es la mejor manera de asegurarte de que tu sumiso no haga nada sin tu permiso mientras estás fuera y no puedes controlarlo?
La respuesta es fácil.
Hay que evitar que tenga cualquier tipo de placer, y dejar que se concentre en otra cosa, incluso en sí mismo.

¿Qué hacer entonces?

Enciérralo en una jaula de castidad segura. Para hacerlo aún más difícil, puedes atarlo a algo estable para que no pueda moverse. Esto es lo que suelo hacer. Encierro a mi sumiso y lo encadeno al radiador.
Está completamente desnudo pero con la máscara y la mordaza, sus sentidos están parcialmente privados.
De esta manera, no tiene posibilidad de distraerse, sino que tiene que concentrarse en pensar en mí, su Ama.

El papel del sumiso no es fácil, debe tener una sensibilidad humana avanzada, comprender a la otra persona y ser capaz de preverla, satisfacerla, entender cómo comportarse para darle placer.

Mientras tanto, me visto, me maquillo y preparo todo para mi salida nocturna.
Durante mis preparativos, de vez en cuando le tomo el pelo, le tiro mis calcetines usados, o mis zapatos, todavía sucios. O le tomo el pelo con cualquier cosa que tenga a mano para que se entretenga y se excite sin posibilidad de sentir placer.

Se trata de la disciplina, de la humillación, es un buen entrenamiento. Lo hago por su bien, por su desarrollo y para que mejore como sumiso femdom.

Lo único que puede hacer es esperar rápidamente a su joven ama, esperarla pacientemente, para ver si recibe una recompensa por su buen comportamiento.