La FLR es una cuestión de amor

Cuando se inicia una relación femdom, hay que ser consciente de que no es un juego. Tienes responsabilidades hacia tu sumiso, que se rindió y puso su vida en tus manos. Recuerda que una relación femdom también tiene que ver con el amor...

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Siempre he sentido esa fuerza dentro de mí, ese deseo de dominio, de tenerlo todo bajo control, de decidir por todos.

Después de varias relaciones vainilla, me di cuenta de que ese mundo no era el mío. No digo que no me gustara, pero buscaba algo diferente. Algo muy variado, algo sin límites, que dejara pleno espacio a mi creatividad sexual, algo que no me obligara a adoptar un papel que no me correspondía.

Así que empecé a leer e investigar, descubriendo así todo un mundo que giraba en torno a la femdom. Allí me di cuenta de que una relación femdom era lo que yo quería.

Por supuesto, en la sociedad actual, no es fácil encontrar un hombre que esté dispuesto a entrar en este tipo de relación. Después de años de dominación masculina, el hombre debe "rebajarse" a la voluntad y al mando de una mujer, dejándole carta blanca y sometiéndose a ella. ¿Hay hombres así? Por supuesto.
Hay que buscar en los lugares adecuados o explicar las invenciones con transparencia, sin engaños, pero abiertamente.

Seguro que hay un hombre que está dispuesto a someterse a ti, que está de acuerdo en que tú eres la que tiene el control, y que está dispuesto a entregarse. Lo encontré, y estoy feliz con él.

La relación femdom implica también algunos mecanismos psicológicos, que es bueno conocer antes de hacer nada.

Vivo mi relación de liderazgo femenino con mi sumisa. No se trata sólo de dominación, control, intercambio de poder, sino también de respeto, sentimientos y excitación. La FLR es un estilo de vida, se trata de amor. Recuerdo que cuando este cambio se produjo en mi vida, se convirtió en parte de mí y de mi filosofía.