Recuerdos ardientes

Tengo muchos recuerdos de las crueles prácticas de femdom que utilicé con mi sumisa. A veces me gusta sentarme y pensar cuando todo empezó... Estoy muy orgullosa de mi estilo de vida actual y volvería a hacer lo mismo.

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Las velas son un objeto que me gusta mucho. Me encanta la luz que producen, el ambiente que crean y la calidez que transmiten.

Cuanto más oscuro sea el lugar, más intenso será el efecto.
¿Qué mejor que una mazmorra con velas encendidas? ¿Qué mejor ambiente quieres para tu sesión de femdom?

Personalmente, me parece lo mejor que se puede tener.

También me gusta mucho jugar con la cera de las velas. Está caliente, es maleable, cae en pequeñas gotas, crea pequeños picos de dolor... Me parece muy emocionante.
Utilizo esta práctica para impartir un ligero dolor a mi sumisa

Estoy sentada exactamente en el mismo lugar. Esta vez tengo una mesa humana delante de mí, donde puedo poner mis tacones negros y rememorar esos recuerdos ardientes.
No se queja, se queda allí en el suelo esperando mis órdenes.

Una cosa que me gusta mucho hacer en estos casos es jugar con el collar y la correa: mi sumiso puede oír el ruido de la cadena y esto le excita mucho porque no entiende si se la voy a poner o no al cuello.

Pero, la última vez... Todavía recuerdo aquella vez que organicé un juego de velas para mi sumiso. Estaba tan excitado, arrodillado frente a mí.
Con sus pezones tan cerca de la llama... está caliente, está ardiendo.