El mercado de valores salió mal... [cap. 2] - relato de una invitada

Este es un relato invitado de Mistress escrito por una de mis sumisas en línea. Gracias a Balkanslave por su homenaje a Mistress Kym.

 

El mercado de valores salió mal... [Historia de un invitado]

La mañana siguiente fue uno de esos días en los que te levantas y esperas seguir soñando y que tu realidad termine con los primeros rayos de sol.

La nueva realidad estaba aquí, aún no se sabía si Ricardo podía culparse, preocuparse o celebrar que tendrá una chica más rondando. No tenía muy claro lo que Mónica quiere de él, aún así, lo odia.

Estaba trabajando duro y todo depende de él durante muchos años. Ahora era diferente. Él estaba buscando en línea con algunas palabras clave como la dominación femenina y la esclavitud masculina cuando el teléfono sonó. Era una llamada desconocida, pero estaba bastante claro quién era la persona que llamaba.

"Hola Ricardo, estoy en un hotel al lado del parking donde nos conocimos, estate allí lo antes posible. Ya sabes las consecuencias de hacer otra cosa. Tranquilo, no te voy a matar". Mónica trató de calmarlo.

Después de una ducha, se puso algo de ropa y se dirigió a los destinos.  Estar preocupado no era el problema, se sentía impotente, y eso le estaba volviendo loco.

Aparcó el coche y cerró la puerta esperando todavía que todo esto sea una broma o una pesadilla.

La señora de mediana edad que trabajaba en la recepción le despertó por fin: "Mónica, sí, está en el tercer piso en el apartamento número 32, ¿quieres llamarla o...?".

"Ricardo, te ves muy desordenado. Por favor, toma asiento. Te he preparado un café. El hecho de que vayas a ser inferior a mí no significa que vaya a actuar como una perra todo el tiempo". Ella sonrió.

"Quiero dejar las cosas claras. Desde este día, me perteneces. Quiero que seas mi esclava, no sólo una esclava sexual sino una esclava en general. Tendremos sexo, a veces, pero sobre todo vas a terminar mis tareas...".

"Espero sinceramente que te adaptes rápidamente a nuestra nueva rutina. Vas a preparar mis comidas, lavar la ropa y otras cosas en mi casa. En una frase, te ordeno que obedezcas".

Ricardo escuchaba sin decir una sola palabra.

[continuará...]

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