Pies y suelas para mi adorador

El culto a los pies es uno de los fetiches más comunes. Mi sumiso es adicto a mis pies y plantas. Le basta con verlos y excitarse como una loca.

Es tan fácil para mí excitarlo...

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Es hora de encender mi submarino.

Como prometí, hoy tendrá una sesión encantadora porque se portó muy bien en las últimas horas. He terminado todas las tareas domésticas, ha hecho la compra y ha limpiado mi armario de zapatos sin ningún error. Estoy muy orgullosa de los resultados, por eso me apetece recompensarle.

Hoy le permito que adore la parte más sucia de mi cuerpo, la que siempre está en el suelo... llena de polvo y suciedad.

Por fin puede practicar la adoración de los pies como precio por ser un buen sustituto. ¿Qué suerte tiene?

A pesar de todo, mis plantas son tan suaves y perfumadas, y mis dedos saben bien como caramelos dulces y jugosos. Entiendo perfectamente su placer, y mi placer.

Su lengua está caliente y húmeda, se desliza arriba y abajo entre los dedos de mis pies. Me encanta la sensación, pero sobre todo me encanta ver la excitación en la cara de mi sumiso.